La venta programada a un cliente pone en marcha un complejo conglomerado de legislaciones y contratos de diversa índole que hay que tener muy en cuenta, y es muy probable que el departamento comercial que inicia una venta no sea consciente de las connotaciones de los diferentes contratos que interactúan al mismo tiempo: compraventa, transporte, seguro…, así como los sectores implicados: jurídicos, financieros, logística, etc.

Las convenciones internacionalmente ratificadas y las condiciones comerciales pactadas por las empresas de transporte, operan bajo condiciones que limitan su responsabilidad en casos de pérdida, daño o demora, no cubriendo el valor de la mercancía en su totalidad.

La incorrecta aplicación de los incoterms en los contratos de compra-venta es un riesgo que hace que no controlemos, en muchas ocasiones, cuándo comienza y hasta dónde llega nuestra responsabilidad en lo que a la mercancía vendida se refiere.

Así pues, asegurar la mercancía desde el inicio del proceso es muy importante.

Si además vendemos con crédito documentario, los documentos relativos al seguro de transporte de mercancías son de vital importancia para que el cobro de la mercancía llegue a buen término, debiendo ser contratado el seguro por el vendedor pero por cuenta del comprador.

A la luz del surgimiento de las cadenas de suministro mundiales, el énfasis en asegurar la mercancía se está transformando gradualmente en un enfoque más completo, donde la función de la Gerencia de Riesgos juega un papel fundamental buscando disponer de una visión global de la expedición.

No debemos olvidar que el cliente debe ser el receptor del servicio, y el resto de intervinientes en el proceso forman parte de la cadena de valor que debemos conseguir para que la mercancía llegue a sus manos sin incidencias.

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